¿Qué es lo que aprenden los niños de la Navidad?

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Todas las celebraciones tienen un sentido. La Navidad está cada vez más cerca, y aunque no todos la celebran, la Navidad siempre es un momento de encuentro familiar, de expresión de buenos sentimientos, de nuevos propósitos para el nuevo año, y tiempo de intercambio de felicitaciones, regalos y de generosidad con el que no tiene.

La Navidad es una buena ocasión para renovar las ilusiones y las esperanzas, como también de aprendizaje para los niños.

Valores de Navidad para los niños

Muchas veces las familias suelen orientar la Navidad a las compras, a todo lo material, y acaban pasando unas fiestas de Navidad sin sacar nada de enseñanzas a los niños. El calendario de adviento, por ejemplo, no está sólo para que los niños coman chocolatinas o dulces, o que ganen un regalito. El adviento, que significa ‘la llegada’ de la Navidad, es mucho más que las sorpresas, es la herramienta ideal para que las familias puedan inculcar el espíritu y los valores de Navidad en los pequeños. Así que la Navidad no está representada solamente por los regalos, las vacaciones, las luces y los adornos.

Durante el adviento, tiempo de preparación para la Navidad (algo que nos recuerdan los centros comerciales, adelantándose semanas en ofrecernos los consumibles navideños) debemos de aprovechar para reflexionar, y hacer reflexionar a nuestros hijos y enseñarles valores como la unión, la generosidad, la amistad, la alegría.

Vivir la Navidad en familia

Otro aprendizaje que pueden adquirir los niños durante la Navidad es el valor de la familia y de los amigos. Los padres deben dedicar tiempo a para estar en familia. Enseñarles valores como la unión, la generosidad, la amistad, la alegría, la colaboración y la cooperación. ¿Cómo hacerlo? pues haciendo con que todos colaboren en las tareas que sostienen la Navidad: compras de regalos, adornando o decorando la casa, planificando la cena y la comida navideña familiar, jugando, contando cuentos, cantando villancicos, etc.

Es importante que los padres enseñen a sus hijos a agradecer y a decir ‘te quiero’, a demostrar su amor sin vergüenza, a abrazar a los seres queridos. Por otro lado, el modo de celebrar la vida. Si no nos gusta que nos impongan cómo debemos celebrar las cosas buenas induciéndonos a comprar compulsivamente, a beber y a comer sin control, pensemos en cómo podemos celebrar con alegría y sana diversión, evitando también los excesos que nos llevan a dolernos física y económicamente de estas fiestas.

A la hora de la cena, también es importante concienciar a los niños que la mesa es un punto de encuentro y de unión, que nuestras relaciones sean amorosas y generosas con los demás.

En definitiva, que la temporada decembrina sea un tiempo de preparación previo para que nuestros hijos saquen todo lo mejor de la Navidad, momento de encuentro, una Navidad que nos ayude a comenzar el Año Nuevo con entusiasmo y optimismo, y no sólo de gastos económicos y de despilfarros.

Fuente: Guía Infantil