Tu hijo no nace con el gusto por leer, ¡tú lo generas!

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Consejos prácticos para formar hijos lectores:

Lee junto a tu hijo, en cualquier situación y por cualquier motivo. Lee los paquetes de cereales en el desayuno o la cartelera de los cines el fin de semana. Léele las instrucciones para montar su castillo de juguete o busca con él información en internet para saber más sobre su animal preferido. Cuéntale cuentos, léele poesía, adivinanzas, trabalenguas…

Convierte la tele en una aliada, no en un enemigo. Si la pantalla es lo que realmente le engancha, hay que fijarse en sus programas preferidos y tratar de buscar libros relacionados con su pasión, leerlos y descubrir más de ese mundo.

Preséntale la lectura como un premio. En lugar de que los premios o recompensas que le des sean golosinas o chocolates, invítale de tanto en tanto a elegir un libro de la librería como premio por algún logro. Hay libros de todos los presupuestos y será una buena inversión. También puedes utilizar la lectura como recompensa: “…Si acabas pronto tus deberes, podrás sentarte en el sofá a leer ¡durante media hora! Yo también intentaré acabar pronto para leer contigo, ¿qué te parece?”

No te empeñes en que le guste lo mismo que a ti a su edad. Su mundo y el tuyo son muy diferentes, y sus gustos no necesariamente son los mismos. Se está forjando su gusto por la lectura, no el tuyo. Aprende a respetar sus preferencias.

Sé constante. Convierte la lectura en un hábito. No es necesario mucho tiempo pero sí ser sistemático. Si tu hijo es pequeño, reserva 10 minutos del día para leerle. A este intervalo de tiempo, puedes llamarlo “La hora de jugar a leer” y anúnciaselo como si hubiera llegado la mejor hora del día.

Suscríbelo a una revista especializada para niños. Nunca falla. Recibir una revista a su nombre, así como papá o mamá, con contenido especialmente seleccionado para sus intereses es un “gancho” seguro.

Crea misterio alrededor de los libros y déjalo explorar. Para un niño es lo mismo leer un libro de intriga o aventuras sentado tranquilamente en el sillón que leerlo en ese mismo sillón pero a oscuras y con una linterna debajo de una sábana.

Fuente: http://www.solohijos.com/web/tu-hijo-no-nace-siendo-lector-tu-lo-haces-lector/